El Black CD se impone como la alternativa más llamativa para las pequeñas tiradas. Si tu idea es hacer de 100 a 500 copias, ¡el Black CD es perfecto!

Técnicamente es un CD-R, es decir, que primero se imprime y después de graba; lo que lo diferencia del clásico CD-ROM, que primero se inyecta y luego se imprime. El Black CD, frente al CD-R normal,  es garantía de una mayor durabilidad,  pero en ambos casos la calidad de sonido sigue siendo la misma. Elegir uno u otro es cosa de gustos, porque en principio son exactamente iguales.

Donde es imbatible es en la parte estética.  La parte trasera de este CD es totalmente negra, añadiéndole un toque especial a tu trabajo. No nos podréis negar que queda precioso por sí solo, y mejora aún más cuando lo combinas con el diseño del estuche que has elegido para tu música, sea Digipack, Álbum CD o Jewel Box.

CD Vinilo

Podemos conseguir una imagen más vintage jugando con el CD Vinilo. Como podéis ver en las fotografías, le damos apariencia de un clásico Vinilo LP. Con la textura de los surcos negros en la parte más exterior de la galleta y la tradicional “label” en el centro queda idéntico pero en formato reducido.

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